Miles de compositores sueñan con hacer carrera en Hollywood, el paraíso donde están Williams, Zimmer o Desplat, y cada año ientos lo intentan yendo a Los Ángeles en busca de un sitio.
Pues bien: cualquiera que quiera hacerse un hueco allí no debería leer este libro, pues Stephan Eicke, su autor, muestra la oscura realidad de un Hollywood de abusos, presiones, ofensas y explotación.
No lo cuentan compositores emergentes sino profesionales como los oscarizados John Ottman, Mychael Danna o Rachel Portman, así como Angelo Badalamenti, Marco Beltrami, Alan Silvestri o Carter Burwell, entre otros a los que ha entrevistado.
Lo que dicen se suma a lo que Eicke ha recopilado dicho por otros y con ello se relata un sinfín de atropellos (y robos) en los que casi siempre andan metidos productores que no saben de cine ni de música pero tienen poder y lo imponen, pero también ejecutivos sin escrúpulos o directores indiferentes a lo que contribuye la música en sus películas.
Beltrami o Silvestri, por ejemplo, explican que han llegado a preferir escirbir varias versiones de una misma escena para que directores, productores y ejecutivos se aclaren entre ellos, decidan con qué se quedan y a ellos les dejen vivir en paz.
Algunos compositores han acabado con ansiedad y depresión, y todo ello por una lucha llena de complicaciones tan absurdas como innecesarias.
En realidad, este libro lleno de declaraciones valientes debería ser de obligada lectura para los que busquen un futuro en Hollywood y, esperando lo mejor, pueden prepararse para lo peor.
Un libro fundamental.
Pues bien: cualquiera que quiera hacerse un hueco allí no debería leer este libro, pues Stephan Eicke, su autor, muestra la oscura realidad de un Hollywood de abusos, presiones, ofensas y explotación.
No lo cuentan compositores emergentes sino profesionales como los oscarizados John Ottman, Mychael Danna o Rachel Portman, así como Angelo Badalamenti, Marco Beltrami, Alan Silvestri o Carter Burwell, entre otros a los que ha entrevistado.
Lo que dicen se suma a lo que Eicke ha recopilado dicho por otros y con ello se relata un sinfín de atropellos (y robos) en los que casi siempre andan metidos productores que no saben de cine ni de música pero tienen poder y lo imponen, pero también ejecutivos sin escrúpulos o directores indiferentes a lo que contribuye la música en sus películas.
Beltrami o Silvestri, por ejemplo, explican que han llegado a preferir escirbir varias versiones de una misma escena para que directores, productores y ejecutivos se aclaren entre ellos, decidan con qué se quedan y a ellos les dejen vivir en paz.
Algunos compositores han acabado con ansiedad y depresión, y todo ello por una lucha llena de complicaciones tan absurdas como innecesarias.
En realidad, este libro lleno de declaraciones valientes debería ser de obligada lectura para los que busquen un futuro en Hollywood y, esperando lo mejor, pueden prepararse para lo peor.
Un libro fundamental.
Editorial: McFarland
Precio aproximado: 40 €
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