Ayer tuvimos la triste noticia de que todo un gran actor como el inglés Ian Holm, ha fallecido en Londres a los 88 años. Su muerte se ha debido a la enfermedad de Alzhéimer.
Casado cuatro veces, Holm deja cinco hijos. En 1989 fue nombrado comandante de la Orden del Imperio Británico, y en 1998 fue armado caballero por la reina Isabel I.
Nacido en Goodmayes (Essex) en 1931, hijo de un psiquiatra y una enfermera, Holm tuvo el primer gran empujón de su carrera cuando conoció al actor Henry Bainton, quien le ayudó a ingresar en la Royal Academy of Dramatic Arts.
Tras la II Guerra Mundial, saltó a la TV y el cine, aunque su buena relación con el dramaturgo Harold Pinter le reportó premios y aplausos por sus papeles shakespearianos sobre los escenarios.
La carrera audiovisual de Holm empezó a finales de los 50's en la pequeña pantalla, y ya no se detuvo...
De los años 60's se podrían destacar sus trabajos en la serie de TV The Wars of the Roses (1965-1970), o en películas como ¡Oh, qué guerra tan bonita! (1969).
En los 70's es donde su cara empezaría a ser ya más solicitada (y reconocida por el público). Prueba de ello serían el film Nicolás y Alejandra (1971), Robin y Marian (1976) y la miniserie Napoleón y el amor (1974), su primer rol de importancia como protagonista.
Pero si hay un papel que le dio la popularidad en todo el mundo, fue su papel de Ash en la mítica Alien, el octavo pasajero (1979), film del gran Ridley Scott y considerado uno de los más emblemáticos de la historia del cine. Un rodaje durante el cual tuvo que aguantar que Scott le embadurnase de caviar, espaguetis y leche podrida para una escena climática del filme, pero que le deparó también líneas de glorioso cinismo.
Y entonces llegaron los 80's. Se convirtió en uno de los actores de reparto de lujo y todoterreno.
Su interpretación del entrenador Sam Mussabini en el drama deportivo Carros de fuego (1981) le deparó un BAFTA y una nominación al Oscar como actor de reparto.
El guionista Dennis Potter le ofreció en 1985 el título más singular de su filmografía: Dreamchild, una película extraña y amarga sobre la génesis de Alicia en el país de las maravillas donde interpretó a Lewis Carroll.
Su calidad interpretativa le permitió trabajar con directores y películas tan dispares como Brazil (Terry Gilliam, 1985), Otra mujer (Woody Allen, 1988) o Enrique V (Kenneth Branagh, 1989).
Empezó los 90's con Hamlet (el honor de la venganza), de nuevo con Kenneth Branagh, con el que repetiría en Frankenstein de Mary Shelley (1994), para empezar luego su colaboración con David Cronenberg en El almuerzo desnudo (1991) y eXistenZ (1999).
Hasta el carismático Luc Besson contó con él en su mítica El quinto elemento (1997), en el papel de Cornelius.
Aunque no paró de encadenar rodajes, dio la sensación de que no estaba tan activo, debido a que los títulos que elegía no eran tan comerciales.
Pero llegaron los 2000... y apareció Peter Jackson con su adaptación al cine de la trilogía El señor de los anillos.
Su papel de Bilbo Bolsón en la primera entrega (del año 2001) y en la última (del 2003) hizo que se convirtiera en un rostro muy popular entre las nuevas generaciones.
El actor repetiría como el hijo más aventurero de la Comarca en El hobbit: Un viaje inesperado (2012) y El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos (2014), el que fue su último rodaje.
El día de mañana y El aviador, ambas de 2004, son otros títulos destacables de este nuevo milenio.
De su larga filmografía, nosotros lo descubrimos en una película que, quizá no es la mejor de su carrera, peor sí es una que nos gustó mucho cuando la descubrimos por primera vez a la tierna edad de 7 años, y que nos arranca una sonrisa traviesa cuando la volvemos a ver: Greystoke: la leyenda de Tarzán, el rey de los monos (1984).
Desde ROCKBUSTERS lamentamos muchísimo esta pérdida. Descanse en paz!
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