Muere Sam Shepard

Sam Shepard, escritor que destacó en cine (primero como guionista y luego como actor y director), teatro, prosa, poesía, falleció hace unos días en su casa de Kentucky, a los 73 años, muerto por complicaciones en la esclerosis lateral amiotrófica que padecía.

Autor de decenas de obras de teatro dedicadas a capturar los aspectos más crudos de los márgenes de la sociedad estadounidense, el cortante estilo de sus libretos tuvo una gran influencia sobre el teatro independiente del último tercio del siglo XX. 
Entre la producción escrita de Shepard destacan igualmente colecciones de poemas y narraciones breves en prosa, como Hawk Moon (1973) y Crónicas de motel (1983), poseedoras del mismo tono lúgubre y ambientes desamparados pero llenos de potencial poético.

Me and my Brother (1969) fue el primer guión del escritor convertido en película. 
Después vendrían colaboraciones tan importantes como Zabriskie Point (1970) con Michelangelo Antonioni o Paris, Texas (1984), la obra maestra de Wim Wenders, con el que volvería a colaborar en 2005 escribiendo y protagonizando la road movie Don’t Come Knocking.
El actor y dramaturgo fue galardonado con el premio Pulitzer por Buried Child (1979), mientras que por las obras True West (1980) y Locos de amor (1983) también fue nominado al prestigiosos premio. 

Renaldo y Clara (1978) supuso el debut de Shepard delante de las cámaras. 
Terrence Malick le dio un papel de granjero en Días del cielo (1978) y, unos años después, en el rodaje de Frances (1982), conoció a Jessica Lange, con quien tuvo dos hijos y una larga relación de amor hasta 2009.
1983 fue el año de su explosión cinematográfica con la interpretación del piloto Chuck Yeager en Elegidos para la gloria, que le valió su única nominación al Oscar. 
En los siguientes años vinieron la adaptación de su propia Locos de amor, Crímenes del corazón (1986), Magnolias de acero (1989) y El viajero (1991)

En esta época, además de trabajar con diferentes directores y géneros, se decidió a dirigir sus propias películas. Firmó el drama Norte lejano (1988), protagonizado por Jessica Lange, y el western Lengua silenciosa (1993).

En los últimos años, la presencia de su piel erosionada y voz resquebrajada era capaz de elevar un puñado de escenas en cualquier película. Así sucede en Black Hawk derribado (2001), El diario de Noa (2004) o Caza a la espía (2010)
Andrew Dominik encontró en él un gran aliado para sus historias densas, violentas y polvorientas en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007) y Mátalos suavemente (2012)
El mismo cobijo bajo su sombra podría decirse que encontró Jeff Nichols en Mud (2012) y Midnight Special (2016).

Sin la intervención de sus personajes se entiende menos el tono sombrío de dos thrillers densos como Out of the Furnace (2013) y Frío en julio (2014); y mucho menos la oscura crónica familiar de la serie Bloodline. Su mera presencia como patriarca de los Rayburn certifica que Sam Shepard podía ser un gran actor pero, ante todo, era una incuestionable figura literaria.

Aunque su carrera ha sido muy interesante, en ROCKBUSTERS le recordaremos, sobretodo, por ser el profesor universitario que era novio de una estudiante muy lista, con el rostro de Julia Roberts, que elaboró El informe Pelícano en 1993.
Lamentamos mucho la pérdida de un artista tan polifacético. Descanse en paz...

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