Debutó tras la cámara con la película de serie B La cárcel caliente (1974), bajo producción del mítico Roger Corman, que sería gran referente para él.
En los 80's empezó a trabajar con actores y actrices que, al igual que él, se iban abriendo camino gracias a su calidad.
De esa época son Chicas en pie de guerra (1984), con Kurt Russell y Goldie Hawn, y las comedias Algo salvaje (1986), con Jeff Daniels y Melanie Griffith, y Casada con todos (1988), con Michelle Pfeiffer y Alec Baldwin.
Precisamente en esa década puso su arte al servicio de la música, ya que dirigió el documental musical Stop Making Sense (1984), innovación pura a partir de un concierto de los Talking Heads, u otros trabajos con UB40 y New Order.
Con la adaptación de la novela de Thomas Harris, El silencio de los corderos, empezó los 90's a lo grande, ya que ganó los cinco Oscar principales en 1992 (mejor película, mejor dirección, mejor actor, para Anthony Hopkins, mejor actriz, para Jodie Foster y mejor guión).
Luego siguió dicho éxito con Philadelphia (1993), donde Tom Hanks y Bruce Springsteen ganaron respectivos Oscar.
De ahí surgió la colaboración entre el cantante y el director que resultó en el videoclip de "Murder Incorporated", uno de los temas inéditos que Springsteen incluyó en su Greatest Hits de 1995.
En el nuevo milenio nos regaló films como La verdad sobre Charlie (2002), El mensajero del miedo (2004) y La boda de Rachel (2008).
También siguió con su camino musical realizando trabajos con Neil Young o los Pretenders.
Después de 2010 siguió encadenando trabajos musicales de diferentes géneros, siendo el film ambientado en el rock, Ricki (2015), el último largometraje estrenado en las salas de cine.
Desde ROCKBUSTERS nos entristece la pérdida de uno de los mejores directores de los que hemos disfrutado en las últimas décadas.
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