¿Recuerdas Cannon Films? ELECTRIC BOOGALOO te refrescará la memoria

“Si realizas películas americanas con un comienzo, un nudo y un desenlace, con un presupuesto menor de 5 millones, deberías ser un idiota para perder dinero.”

Con esa frase tan contundente sorprendía hace 30 años Menahem Golan, uno de los dos primos israelíes que planearon asaltar Hollywood al frente de Cannon, un infraestudio que hacía películas partiendo del póster y vivió su época gloriosa en los 80's, de la que fue cogida de la mano, surgió a principios de la década y desapareció a finales de la misma.
Con un star system propio (Chuck Norris, Charles Bronson, Bo Derek, Michael Dudikoff, Charles Bronson, Jean-Claude Van Damme o el mismísimo Sylvester Stallone), patentaron un modelo de ventas internacional que abrió los ojos a otros mercaderes de la serie Z: con un póster se podía vender una película, aunque no se hubiera rodado ni existiera un guión.

La productora Cannon fue fundada en 1967 por Dennis Friedland & Chris Dewey, se especializaron en películas de bajo presupuesto a lo largo de de la década de los 70's, pero a causa de una serie de problemas económicos tuvieron que venderla en 1979 a la pareja de primos israelíes Menahem Golan y Yoran Goblus, por tan sólo 500.000 dólares. Así comenzó la leyenda...

Desde el momento en que Golan-Goblus tomaron el control de la productora, la llevaron por un nuevo camino, especializándose en películas de acción de bajo presupuesto que llenaron los cines y sobre todo los videoclubs de los 80's.
Si había una película o género que tenía éxito, ellos veían allí una oportunidad de explotarlo con su "peculiar estilo". Qué decir, los 80's no habrían sido lo mismo sin la Cannon.

Empezaron con títulos como La justicia del ninja (1981), Yo soy la justicia (1982) o Al filo de la medianoche (1983), pero su apogeo se produjo entre 1984 y 1986, cuando tuvieron sus mayores éxitos y distribuyeron su mayor número de películas, convirtiéndose en una de las productoras independientes de mayor éxito de esa década, que tanto distribuía, como producía sus propias películas.
De esa época son films como Desaparecido en combate (1984), Invasión U.S.A. (1985) o Delta Force (1985), con Chuck Norris, El justiciero de la noche (1985), con Charles Bronson o El guerrero americano (1985) con Michael Dudikoff que, para colmo, no tenía ni puñetera idea de artes marciales antes de participar en el film.
La Cannon tenía éxito y lo demostraba adquiriendo la compañía británica Thorn EMI y contratando a la mayor estrella del momento, Sylvester Stallone, por la cifra record de 13 millones de dólares para protagonizar películas como Cobra, el brazo fuerte de la ley (1986) Yo, el halcón (1987).

El sueño de Golan-Goblus de convertir su productora en una de las grandes majors, se frustró a partir de 1987, cuando la productora pasó por una difícil situación económica, sumado a una investigación por una serie de irregularidades en sus informes financieros.
Fue el principio del fin de la Cannon, que iba tirando de secuelas para sobrevivir como, por ejemplo, El guerrero americano 2, Yo soy la justicia 2 o Superman IV: En busca de la paz, o de "experimentos" como Masters del Universo, con un Dolph Lundgren en alza después de su intervención en Rocky IV (1985).

En un intento desesperado por sobrevivir, se asociaron con Pathé Communications, pero seguía en números rojos.
De esa época se destaca el "descubrimiento" de un nuevo action hero: Jean-Claude Van Damme, con títulos como Contacto sangriento (1988), Cyborg (1989) o Kickboxer (1989), y fims como El guerrero americano 3 (1989), sin Dudikoff.

Golan decidió dimitir por diferencias con Goblus y Parretti y se marchó a la productora 21st Century Film Corporation, siendo Cannon comprada por MGM.
La productora siguió estrenando películas como Delta force 2 (1990) o El guerrero americano 4 (1989), con los dos protagonistas de la saga, pero ya no estaban en ellas la pareja Golan-Goblus.
La Cannon dejo de existir en 1993.


Pues bien, Mark Hartley, experto en bucear en los estantes más sórdidos de nuestra memoria colectiva de videoclub, convoca a tanta gente y tan bien informada para contar la historia salvaje y desconocida de este par de entusiastas que apenas hay tiempo para leer los carteles que les acreditan.
Electric Boogaloo, titulada en homenaje a uno de los (muchos) fracasos del estudio, es el documental con más anécdotas sensacionales por cm2 de estos últimos años.
También una crónica de los márgenes de la industria que deja chocantes reflexiones.
A pesar de su cutrerío, Cannon dejó un legado que los grandes estudios han adoptado, de la secuelitis a la explotación descarada de cualquier cosa de la que recoger migajas.

La intrahistoria de las mejores peores películas de los 80's en este documental que se vio en el pasado Festival de Sitges, que está producido por Brett Ratner (X-Men: La decisión final o la saga Hora punta) y que ha llegado ya a algunas salas de nuestros cines.

Aqui teneis un trailer:

Publicar un comentario

0 Comentarios