Crítica: VENGADORES: INFINITY WAR (2018) (Daniel Suárez)

Ante la práctica unanimidad de críticas favorables respecto a Vengadores: Infinty war, opté por un segundo visionado, pues el primero no me satisfizo lo esperado y pensé que tal vez pudiera haberme pasado desapercibido algo importante.

Y vista una segunda vez, no tengo sino que ratificarme en mi primera impresión, y es que en mi opinión, como película me parece como mucho correcta, en el mejor de los casos.
Un guión en exceso simple y lineal,que responde de una manera demasiado literal a un patrón trama-acción-trama-acción, y en líneas generales, adolece de escasa elaboración dramática. El hecho de que conozcamos a los personajes tras los visionados de las entregas anteriores y estemos familiarizados con ellos no debería significar que no haya que establecer unas pautas previas lo más trabajadas posible en torno a los personajes y al propio argumento que permitan al espectador involucrarse de una manera más profunda a nivel emocional en la historia, mas allá de la propia subjetividad del espectador que le lleve a sentir inclinación de manera instintiva por determinados situaciones o personajes, puesto que cada historia es diferente.
Si bien es cierto que era harto complicado hacer un crossover con tanto personaje en un, proporcionalmente, tan escaso metraje… y en ese sentido la labor de los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely es encomiable, ya que líneas generales y a pesar de todo logran integrar con éxito situaciones y personajes tan aparentemente dispares en tono y concepto como los Vengadores y la caterva de Guardianes de la Galaxia, aunque su protagonismo en la historia termine resultando un tanto desigual.

Una realización funcional hace que las secuencias se asemejen bastante en su resolución, ritmo y tono, independiente mente de lo que estén contando, como si los hermanos Russo estuvieran dirigiendo con el piloto automático, hecho que algunos momentos la cinta se resienta en intensidad, roce el tedio y no facilite un mejor desarrollo y dosificación del arco argumental.
Probablemente las limitaciones aludidas anteriormente respecto al guión podrían haberse mitigado con una realización más aplicada y brillante.

En lo positivo, Josh Brolin está estupendo en su papel de Thanos, y el villano que encarna tiene al fin entidad y complejidad, a diferencia de los de entregas anteriores. La relación paterno filial de Thanos y Gamora, de ecos mitológicos, constituye sin duda uno de los mayores aciertos de la cinta, y está más y mejor elaborada.

El apartado visual es ciertamente apabullante. Los efectos especiales son magníficos en su práctica totalidad y las secuencias de luchas, verdaderamente espectaculares. Algunas secuencias del clímax de la película tramo son de una innegable belleza plástica y de una hermosa épica, en ocasiones de aliento poético.
Gran partitura de Alan Silvestri, que enriquece y subraya magníficamente los diversos pasajes de la narración, y se halla bien integrada en el relato

Pero en mi opinión, en conjunto, Vengadores: Infinity war queda lejos de ser lo mejor de Marvel, tal como se viene repitiendo estos días; nada que ver, por ejemplo, con el atractivo clasicismo de El Capitán América: el primer vengador.

Daniel Suárez Pérez

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