Crítica: STAR WARS: LOS ÚLTIMOS JEDI (2017) (Daniel Suárez)

A pesar de su irregularidad, de sus defectos, y de un buen número de cambios aparentes respecto al “canon” de la saga , Star wars: el último Jedi no sólo termina funcionando en su conjunto mejor que sus inmediatas predecesoras, sino que recupera de manera mas o menos acertada, tanto en presencia como en contenido, el concepto de "La fuerza", que había vertebrado la trilogía fundacional de la saga desde su inicio y había constituido buena parte de su esencia.

Star Wars: el último Jedi reincide a nivel de guion y realización en los mismos errores que la entregas precedentes, en tanto la acción avanza de manera perezosa, el desarrollo de la historia es disperso y carece de fluidez y elaboración narrativas. Buena parte las secuencias que a priori deberían ser el plato fuerte, adolecen de falta de peso dramático, y se resuelven de manera tosca y mecánica Gran parte de las premisas argumentales planteadas en la película anterior son eliminadas de un plumazo, así como algunos de los personajes. Algunas secuencias se alejan por completo de la estética de la saga, como la que se desarrolla en el casino, que en su resolución se sitúa mas cerca de una fantasía épica al uso que del universo Star Wars. Los personajes y situaciones de siempre adquieren tintes imprevistos e incongruentes a tenor de su trayectoria en la saga, y los nuevos carecen del mas mínimo carisma, salvo Rey.

Ya en el Episodio, la fuerza había quedado reducida de manera decepcionante a una simple cuestión de midiclorianos, y fue en el episodio III, con la aparición de Palpatine, cuando la trilogía remontó, desde su registro mas inquietante y oscuro, escarbando en los orígenes de los Lord Sith, dando cuenta de manera pormenorizada de las malas artes que llevan al reverso tenebroso de la fuerza En The Force awakens, sin embargo, el concepto de “La fuerza” ya había quedado reducido a su mínima expresión, y había llegado a sus máximas cotas de banalización en Rogue One, en la que decididamente “La fuerza” se había convertido en poco mas que una simple cuestión de “mantras” compuestos por manidas palabras vacías, y juegos malabares con objetos, personas y sables láser.

Se reprocha a esta película la ambigüedad de algunos personajes. Y ciertamente puede resultar chocante y molesto, mas en unos que en otros . Sin embargo, evidentemente no siempre ha sido todo blanco o negro en la saga, eso no es algo nuevo en esta entrega, aunque sí en según que personajes. Precisamente el encanto del personaje de Anakin primero, y ya después Vader en El retorno del Jedi residía en la pugna que en su interior se libraba entre la luz y el reveso tenebroso. En este sentido, uno de las mejores bazas de El último Jedi es el "coqueteo" de Rey con el lado oscuro, apoyado en la incertidumbre sobre los orígenes del personaje, o la ambigüedad de Kylo Ren, algo mejor resuelta que en la película precedente.

Y ciertamente el interés de la película, en su conjunto, reside mas en los “mano a mano” que se producen entre los personajes "tocados" por la fuerza: Rey y Kylo Ren, Rey y Luke, Luke y Kylo Ren, Luke y Leia…que en el resto de la trama. Eso sí, aquí hay una actorazo de nombre Mark Hamill, en mejor forma interpretativa que la entrañable Carrie Fisher, que a pesar de las incongruencias de su personaje respecto al que conocíamos, dota de empaque y verosimilitud al conjunto, merced a un magnífico trabajo interpretativo. Veremos a ver qué pasa cuando en la siguiente entrega no quede ni un de los actores originales, porque en mi opinión ninguno de los nuevos actores le llega a la suela de los zapatos a Daisy Ridley. Decepcionantes son sin embargo las intervenciones tanto de Benicio del Toro como de Laura Dern, y la falta de consistencia de sus personajes

Por otra parte la cita recobra brío y aliento épico en su mejor rodada última media hora, con actos heróicos por parte de miembros la resistencia rebelde, el retorno de Luke Skywalker, -cual si del Rey Arturo acudiendo a la última batalla se tratase- y su reencuentro con Leia, audaces soluciones visuales y argumentales, y emocionantes guiños al episodio IV, que si bien se producen, a lo largo de todo el metraje, encuentran en el final sus momentos mas brillantes. Y ese reducido grupo de rebeldes, rescatado por uno de los nuevos personajes, abre una puerta de esperanza de alguna manera tanto a la Alianza rebelde, en la ficción, como a la nueva singladura en la saga, que por una parte se renueva, y por otra no hace sino recuperar de alguna manera su esencia.

Es posible que todo esto no sea suficiente para seguidores desencantados con los cambios introducidos, o para quienes sólo reparen en la mas que sin duda cuestionable calidad de la película, Yo abominé del episodio VII. Pero al menos en mi caso, esa llamada renovada de “La fuerza”, abanderada una vez mas al fin por Mark Hamill - Luke Skywalker, apeló al fan de Star Wars que desde niño llevo dentro y me hizo salir del cine con unas enormes ganas de ponerme a los mandos de un X-Wing o blandir una vez mas un sable láser.

Daniel Suárez Pérez

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