Crítica: EL PUENTE DE LOS ESPÍAS (2015) (Daniel Suárez)

Totalmente merecida, en mi opinión, la nominación de El puente de los espías como candidata a mejor película en la próxima edición de los premios Oscar.
Steven Spielberg vuelve a deleitarnos una vez más con un auténtico tratado sobre cómo hacer cine llevando a la pantalla con mano maestra un gran guión de Matt Charman, Ethan Coen y Joel Coen, apoyándose en una planificación y un montaje soberbios, un impecable sentido del ritmo y un perfecto dominio de los tiempos narrativos, y transitando con igual maestría por todos los registros en los que se desarrolla la película, desde el thriller de espías, pasando por el cine de acción, hasta el drama familiar.
El diseño de producción, la fotografía de Janusz Kaminski.y la música de Thomas Newman son igualmente fabulosos. La interpretación de Tom Hanks es magnífica, y la química que su personaje establece con el interpretado por Mark Rylance funciona a la perfección. La fantástica y gozosa secuencia en la que Tom Hanks departe en un bar con el agente de la CIA podría muy bien resumir tanto el carácter del personaje como la declaración de intenciones de la película.

Puede que la segunda parte de la cinta, en la que Tom Hanks es enviado a recuperar a los dos prisioneros norteamericanos, carezca del mismo vigor narrativo, tal vez como consecuencia de un dibujo un tanto estereotipado y maniqueo de algunos de los personajes del bloque del este que pasan a formar parte fundamental de la trama, lastrando un tanto la fluidez del relato.
A pesar de ello, en este tramo del film Spielberg nos obsequia asimismo con grandiosas secuencias, como las relacionadas con la construcción del muro de Berlín. Igualmente, el final de la película no es ajeno a ciertos tintes patrioteros, por otra parte bastante habituales en este tipo de producciones, pero con todo El puente de los espías es una de las mejores películas que nos dejó 2105, y si bien al principio decía que me parecía un justa candidata a los Oscar, me parece igualmente injusto que Spielberg no haya sido nominado como mejor director. Steven, no te jubiles nunca…

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